Hoy hemos cometido la imprudencia de salir a correr casi a las doce de la mañana en un día muy caluroso. Con aquello de que ya estamos en septiembre, pensábamos que el día iba a ser más llevadero, pero una temperatura cercana a los 30º ha hecho que una jornada fácil se haya convertido en una jornada dura, terrible por el calor.
Salí con una amiga con la intención de acompañarla los 16 km por el Parque Lineal y luego hacer en solitario un poco más, pero mi compañera de viaje empezó a sufrir los efectos de la calorina y empezó a ir cada vez peor. Poco antes de llegar al kilómetro 13 paramos en una fuente del Parque Lineal para rellenar la botella y refrescarnos, pero ni aún así fue suficiente. En el 14 mi compañera se paró harta ya y yo continué ya en Pradolongo con la intención de dar una vuelta de las típicas.
Empecé a sentir sed en esos kilómetros y como no hay ni un puñetero grifo en las diez fuentes existentes en el parque iba de mal en peor, con la boca totalmente seca, aunque empecinado en no disminuir el ritmo (no sé por qué). Me vino de perillas que el semáforo de Rafaela Ibarra estuviera en rojo para los peatones porque me permitió coger algo de aliento con el que afrontar los últimos 300 metros del entrenamiento, que son los más duros ya que suben la cuesta de la calle del Parque de la Paloma y con la paliza que ya se lleva en las piernas.
Al final realicé 21 km en un tiempo de 1:49:35 @ 5:13 min/km y acabé bastante cansado y, sobre todo, con la boca más seca que la mojama.
Hoy era un día para pasarlo como el de la foto y no para salir a correr.
Gato dormitando
Esa sensación de que tu cuerpo no evacua calor y cada vez vas mas y mas caliente… muy desagradable.
Era un día para quedarse como el gatito… planchando la oreja.
Hola Javier:
Hay que tener un poco de sentido común y mirar la previsión del tiempo el día antes y si dan una temperatura alta, salir pronto para no pasar calamidades como nos pasó a nosotros. Pero bueno, un entrenamiento en un día caluroso también vale, porque puedes llegar a una carrera con cierta intención ¿y te vas a volver si hacer calor?
¡Qué sabios son los gatos!
Saludos.
Dimelo a mi que alguna que otra vez me he jugado la vida, como suena, saliendo por Navalcarnero sin sombra a las 12 am… suerte que llevaba agua.
El impetu y el mono nos puede! y los gatos en ese terreno nos llevan años de ventaja… jajaja
Hola Javier:
Sé lo que dices cuando hablas de jugarte la vida. Hace muchos años tuve una experiencia muy desagradable en ese sentido y ahora procuro por lo menos llevar agua y no alejarme demasiado de casa si no llevo el líquido elemento.
Saludos.
De esos sustos aprendes… pero aunque lleves agua, hay que tener mucho cuidado, un golpe de calor y adiós.