Minimalistas

Ya había decidido olvidarme de correr descalzo y cosas semejantes; sin embargo, hoy me ha dado el punto y he estrenado unas VFF Bikila que había comprado un mes antes. La sobrecarga que tenía en el gemelo ya no me molesta en absoluto por lo que he pensado que podría probar a correr con zapas minimalistas para comparar a correr descalzo.

VFF Bikila
VFF Bikila

Como mi última distancia recorrida descalzo fue de 1,8 km ni corto ni perezoso seguí mi progresión, por lo que tocaba hacer 200 metros más, es decir, 2 km con minimalistas. Puse el metrónomo en 180 bpm y salí deprisa, tan deprisa que dejé a mi acompañante «anonadado» con esa fulgurante salida.

Fui acortando más y más la zancada para ir acompañado y cuando llegué al segundo kilómetro paré de correr. Continué cuatro kilómetros más para totalizar seis, en un tiempo algo por encima de los 45 minutos.

Lo primero que hay que decir es que no tiene nada que ver correr descalzo que con minimalistas. Descalzo se siente hasta la más pequeña piedrecilla que pises, mientras que con las zapas por muy fina que tenga la suela, la sensibilidad no es la misma. Por el mismo motivo, las plantas de los pies no sufren prácticamente nada con minimalistas.

Lo que sí es idéntico es cómo tira de gemelos esta manera de correr. Cuando acabé el entreno me notaba bastante bien, pero conforme iba pasando el tiempo veía que el gemelo me tiraba cada vez más, me veía otra vez sobrecargado. Tendré que tomarme las cosas con calma.

De nuevo he hecho el burro haciendo tanta distancia. La transición debe hacerse muy poco a poco, pero cuando digo muy, digo muy. Los gemelos hay que acostumbrarlos muy lentamente a ese trabajo extra que tienen que hacer cuando se corre de metatarso.

Se me olvidaba, la jodía zapatilla izquierda me ha hecho daño en la parte de atrás del talón. Vamos que como un guante no son.

Con la maratón a la vuelta de la esquina, la estrategia es correr con amortiguadas la mayor parte del tiempo e ir descalzo o con minimalistas muy poco a poco. Quizás progresando de 200 metros en 200 metros, pero empezando desde cero.

Válvula de escape

Ayer sábado estuvimos todo el día de excursión por lo que no pude salir a correr. El viernes hasta las dos de la mañana y hoy me ha tocado trabajar 🙁 Así que a eso de las seis de la tarde veía que reventaba. Necesitaba una válvula de escape. Había que elegir entre salir a correr o algo peor, así que elegí la primera opción claramente.

Me vino de perillas salir a correr sin pensar en el reloj, simplemente corriendo por correr, tratando de que la cabeza se despejara. Correr es sin lugar a dudas un relajante como no hay otro, una antidepresivo natural sin igual. Si esto no existiera, habría que inventarlo, pero está claro que lo llevamos en nuestros genes.

Hoy salí en solitario. Ya no hacer el calor que ha hecho estos días y se corre mucho mejor, sin ese agobio que supone llevar la boca pegada y totalicé 9 km (tres vueltas a Parque Sur) en un tiempo de 45:59 @ 5:07 min/km. Volví a casa más suave que un guante, que era de lo que se trataba.