Dicen que es mejor ir solo que mal acompañado, pero desde luego, lo mejor, mejor, es ir bien acompañado. Y así he ido hoy en los 30 km que hemos recorrido. Hemos salido un pelotón de seis corredor@s hasta el kilómetro ocho. Allí nos hemos separado y media docena han vuelto sobre sus pasos y sólo Joaquín y un servidor hemos seguido en solitario, dispuestos a realizar la tirada prevista. Y que diferente es hacer una tirada larga en solitario que acompañado; si el domingo hice 25 y se me hicieron muy largos, hoy he hecho cinco más y se me ha hecho realmente ameno y corto.
No conocía Joaquín el circuito que transcurre por el camino de Aceiteros, paralelo al Canal del Manzanares y dice que le ha gustado. No me extraña, porque es un buen sitio para realizar una tirada de estas características sin que haya que dar vueltas y vueltas. Lo cierto es que había bastantes charcos y barro, pero excepto en uno de ellos, por los demás hemos transitado sin problemas. Eso hacía que el recorrido fuera bastante llevadero.
Casi un par de kilómetros después de cruzar la cañada real, el camino se complica y ahí nos hemos dado la vuelta. Llevábamos entonces 14,8 km, prácticamente la mitad, por lo que era el sitio adecuado para volver sobre nuestros pasos.
Sobre el kilómetro 16, me he tomado el gel que nunca sé si realmente sirve para algo, pero seguro que el efecto placebo funciona, porque ya llegando al Parque Lineal hemos aumentado algo el ritmo, bajando el ritmo unos segundillos de cinco minutos, cuando antes íbamos sobre 5:15. No íbamos tan mal.
A la vuelta, en vez de entrar directamente al circuito del Parque Lineal hemos ido por el camino del Malecón y hemos pasado junto a un árbol de un porte majestuoso. Ninguno de los dos sabíamos que tipo de árbol era, pero mirando en la web del Parque Lineal he visto que se trata de un olmo centenario, conocido como el abuelo.
Menos mal que hoy no hacía mucho calor y se podía correr sin necesitar mucha agua, pero cuando hemos llegado a una fuente, poco antes del kilómetro 27, nos ha venido de miedo. El agua que salía por el grifo era delicioso néctar. Ese poco de agua, unido al descansillo que nos hemos tomado para beber, nos ha dado el último empujón para poder completar los 30 km en un tiempo de 2:37:20 @ 5:14/km.
Lo cierto es que hemos acabado muy enteros y creo que hubiéramos hecho otros doce sin despeinarnos. Pero eso lo dejaremos para Málaga.
Decía Joaquín que con este entrenamiento deberíamos hacer perdido algo más de dos kilos. Y no iba mal encaminado. Antes de salir, pesaba 67 kilos justos. Al llegar, después de ingerir una botella de agua de 500 ml, el peso era de 65,5 kg. Esto es, si no llego a ingerir ese líquido, la pérdida de peso hubiese supuesto esos dos kilos hablados. Por cierto, no recuerdo haber visto nunca en la báscula un peso de 65, se nota que estoy haciendo kilómetros para aburrir, pero eso se va a acabar, porque esta semana (a falta de tres para la maratón) es la de más kilometraje de todo el plan de entrenamiento. A partir de esta semana hay que ir bajando la distancia.
la próxima ocasión que prepares tu proximo maratón ya pasado málaga , me tengo que hacer una tirada de esas para que me enseñes esas rutas tan bonitas que cuentas , buen entrenamiento os va a salir una gran carrera ,
Merece la pena conocerlo. Es historia al lado de casa.
si yo creo tambien que es mejor ir a correr con gente
Es que mi acompañante es un gran tipo. Tú bien lo sabes.