Llevaba bastantes meses corriendo con camiseta de tirantes; sin embargo, esta mañana hacía fresco, tanto que he decidido salir con camiseta de manga corta y aún así, se notaba frío. Menos mal que eso sólo ocurre los primeros kilómetros, porque luego te pones a sudar y da igual ocho que ochenta.
Salí con la idea de hacer el entrenamiento que tenía previsto el pasado sábado y que no pude realizar, o sea, hacer 15 km de los cuales 10 de ellos a ritmo de maratón, que es un ritmo de 4:27 para un VDOT de 51. Vamos, ir entre 4:25 y 4:30. Y la verdad es que andaba por ese margen en los primeros kilómetros después del calentamiento: 4:32, 4:28, 4:29, 4:31. Pero después de cruzar el puente a la margen izquierda del Manzanares me he encontrado con un grupo formado por tres chicos y una chica (Nieves) que parecía que iban a mi ritmo y me he enganchado a ellos.
Pero sólo parecía, porque iban algo más deprisa. Desde entonces, he empezado a encadenar kilómetros algo más rápidos: 4:21, 4:24, 4:24, 4:23. Iba ya con el gancho, hasta que he vuelto al tramo donde empieza la rampa con suelo de madera. Allí me he separado de ellos ya que han tirado por otro lado y ese kilómetro cuesta arriba lo he hecho en 4:36. He tomado entonces la decisión de bajar el ritmo y hacer el resto al trote, por lo que no he conseguido hacer los diez previstos, sólo nueve, pero me doy por contento ya que iba a un ritmo demasiado rápido y el terreno que quedaba era más exigente.
Trotando hasta Pradolongo y allí me he encontrado con Andrés que me ha hecho acelerar un poco, ¡cómo marcha este hombre! He hecho con él media vuelta y desde allí a casa, para totalizar los 15 km previstos en 1:11:29 @ 4:45/km. Un entrenamiento durillo, sin lugar a dudas.
Hoy la báscula marcaba 67,9 kg. Me va a resultar muy complicado bajar de los 67 por más que me lo proponga.