Hoy hemos hecho el último entrenamiento de cara a la inminente maratón de Madrid. La idea era hacer entre 7 y 8 kilómetros a ritmo muy tranquilo, pero la presencia de Ninfa ha provocado que terminara haciendo las dos vueltas y a un ritmo algo superior a lo previsto.
La visita de Ninfa ha sido todo un sorpresón, ya que no la veíamos desde el mes de diciembre debido a que ahora baja antes a entrenar. Nos contó que corre todos los días 10 km y debido a eso, se dejó convencer por Joaquín de que puede terminar una maratón en 3h30 sin problemas. Parece que el domingo va a acompañar a Emilio en la carrera.
Decía lo de visto para sentencia porque ya deben estar los deberes hechos y haga poco o mucho hoy, de poco va a servir, por eso es mejor hacer poco no sea que se lesione uno a tres días de la gran cita. Afortunadamente, no ha sido así y he completado 9,6 km en 51:44 a un ritmo de 5:22, pero acabando algo más fuerte de lo que me hubiese gustado.
El domingo veremos si el entrenamiento de estos meses ha merecido la pena. Me gustaría acercarme a 3h20, pero me conformo con hacer 3:25:51 que sería mi mejor marca personal. Ya veremos, la meteorología siempre tiene la última palabra.