He salido con la idea de hacer 10 km, o sea, doblar la distancia que hice el martes. Era, quizás, un objetivo algo ambicioso, pero he ido muy tranquilo, botella en mano y parecía que podría hacerlo. Sin embargo, un poco antes del km 7 empecé a sentir molestias en el tendón de aquiles izquierdo y decidí que lo más sensato sería parar. Y es que no conviene empezar a machacarse cuando uno vuelve a empezar a correr.
Para variar, también hoy hacía bastante calor a la hora que he salido, las 11:15. Parece mentira que haga tanto calor cuando ya está casi acabando agosto.