He participado por primera vez en la maratón de Castilla-La Mancha, que se celebra en Ciudad Real. El hecho de lesionarme en Madrid me animó a preparar esta maratón otoñal junto a otros dos compañeros de entrenamiento: Emilio y Joaquín. Emilio consiguió auparse a lo más alto pódium en la categoría de mayores de 60 años, ya que consiguió realizar 3h27 con sus casi 63 años.
El día amaneció algo fresco, pero se veía que el sol iba a pegar de lo lindo, ya que se le veía luminoso por la mañana temprano. La participación muy pobre, no creo que llegáramos a 300 atletas, aunque eso tiene la ventaja de que es más sencillo todo el tema logístico.
La salida se dio a las 9:30 (ojo, que eran las 10:30 por el cambio de hora) y a los pocos metros escucho que alguien por detrás que grita ¡¡MaraTI+D!! Resulta que era Luis que también se había apuntado a esta carrera. Me produjo gran alegría reencontrarme con Luis, ya que hacía un montón de años que no le veía y siempre es agradable encontrarte con un antiguo compañero de trabajo y con el que además se ha compartido bastantes kilómetros de carrera.
Estuvimos charlando un rato, pero me comentó que iba a tratar de realizar 3h30, por lo que le animé a seguir con su ritmo, ya que mi meta estaba en la 3h50. Así que desde ese momento no volví a hablar prácticamente con nadie excepto con un par de corredores a los que adelanté sobre el kilómetro 18 y estuve un par de kilómetros con ellos.
La carrera es fea y bastante insulsa, aunque tiene un trazado muy llano. Excepto a su paso por Miguelturra no existe prácticamente animación y la verdad es que en este pueblo, la gente se vuelca con la maratón. Me emocioné cuando al pasar por una de las plazas del pueblo, dijeron mi nombre por los altavoces, al igual que hacían cuando pasaban los otros corredores. Fue un momento mágico.
El caso es que llegué a la media maratón muy bien, con muy buenas piernas y un ritmo más que aceptable. No había reloj en ese punto y tampoco paré mi cronómetro, pero calculo que hice un tiempo de 1h52 aproximadamente. Me encontraba fenomenal y pensaba que el ritmo conservador que había adoptado desde la salida me iba a venir muy bien.
Junto a Andrés en la Puerta de Toledo
En ese punto, un amigo decidió hacer la segunda media conmigo. Seguí a mi ritmo machacón hasta que llegué al kilómetro 26 donde empecé a notar que las piernas se iban poniendo duras, pero eso, pensaba, no era más que una consecuencia de los kilómetros que ya llevaba en el cuerpo. En el tramo del 25 al 30, aunque perdía algo de velocidad, todavía me mantenía a un ritmo decente (5:36 min/km). Del 30 al 35, deambulando por las calles de Miguelturra todavía era persona, aunque el ritmo ya se había ido a 6:17 min/km. Sin embargo, lo peor estaba por llegar, ya que a partir de entonces, empecé a ir cada vez peor y como por arte de magia los kilómetros se alargaban y alargaban cada vez más. En mi cabeza sólo escuchaba los gritos de «ponte a andar, ponte a andar», pero no estaba dispuesto a ceder ante la tentación.
Decidí adoptar la técnica de carrera conocida como «trote cochinero» para tratar de cumplimentar los últimos kilómetros de la maratón y aunque avanzaba a un rimo de 8 min/km, el objetivo estaba cada vez más cercano. Es curioso lo laaaaargo que se hace los kilómetros finales de la maratón cuando se va mal. Cuando llegué al km 41 miré por primera vez en la carrera mi cronómetro y ya había pasado de las cuatro horas. Decidí que ya estaba bien de trotar cochineramente y me puse a correr con un poco más de determinación. Cuando pasé la línea de meta mi cronómetro marcaba 4:10:17, aunque el tiempo oficial de la carrera ha sido de 4:10:21.
Llegando a meta con más pena que gloria
Tras pasar la línea de meta me encontré, de nuevo, con Luis que me había esperado desde su llegada a meta. Al final a él se le fue un poquito el tiempo previsto y realizó una marca de 3h39, aunque pienso que debe estar satisfecho después de haber realizado en la maratón de Madrid de este año una marca cercana a las cinco horas.
Yo por mi parte, aunque hice una marca bastante pobre, me doy con un canto en los dientes; primero por haber conseguido terminar y segundo por haber terminado sin ningún problema de lesiones que empezaba a resultar algo frecuente en las últimas maratones.
Como siempre, después de una carrera se saca una enseñanza. De esta maratón he aprendido que hay que hacer rodajes largos sí o sí. La verdad es que es una cosa que ya sabía, pero este año con un entrenamiento de menos kilómetros me lo ha corroborado. Esto es insustituible en una carrera tan larga como la maratón. Hay que realizar unos cuantos entrenamientos entre 24 y 30 km para no hundirte miserablemente en los últimos kilómetros.
Y ahora, pensando en la XXXII edición de la Maratón Popular de Madrid que si las lesiones no lo impiden me tendrá en la línea de salida buscando ¡cómo no! bajar de las 3h30.
Tiempos realizados cada cinco kilómetros:
km | Tiempo |
5 | 26:03 |
10 | 26:40 |
15 | 27:03 |
20 | 26:57 |
25 | 26:48 |
30 | 27:58 |
35 | 31:26 |
40 | 39:56 |
42 | 17:22 |
Tiempo total | 4:10:17 |