Hoy se ha celebrado la XI edición de los 20 km Villa de Madrid. Un buen número de maratidianos se dieron cita a eso de las 10 de la mañana en la puerta principal del estadio Vallehermoso para hacernos la foto de rigor. Prácticamente no cabíamos en la foto. Yo salí con Antonio el coletas con la idea de acercarnos al tiempo de 1h25′ por lo que nos situamos cerca de la línea de salida, eso sí, detrás de Francisco que se codeaba en primera línea con los atletas de verdad.
Foto de equipo numerosa
Salimos un poco rápidos ayudados por la cuesta abajo y poco a poco fuimos serenándonos hasta adaptarnos a un ritmo de crucero interesante para nuestros propósitos. Olvidé poner mi cronómetro en marcha y Antonio no llevaba reloj por lo que no andábamos muy enterados del tiempo que llevábamos. Sobre el km 11 nos adelantó Rafael que aunque no participaba iba trotando con unos amiguetes. Mientras él me hablaba cómodamente yo sólo podía responder con jadeos entrecortados.
Fue una pena que Antonio estuviera lesionado en un tobillo, pienso que podía haber realizado una marca mucho mejor. Yo le veía con una zancada muy fluida y una respiración inmejorable, al contrario que yo. Incrementamos el ritmo desde el km 15 coincidiendo con la cuesta abajo. Sobre el 19 vi a un individuo ayudado por la organización que le salía sangre de un ojo. No puedo imaginarme lo que le pasaba. Un poco más allá comenzaba el corto repecho que conduce a la entrada del estadio. Allí Antonio aceleró su paso y se despegó unos pocos metros. Le alcancé a unos 150 metros de la meta e intenté esprintarle, pero no pude con él. Llegó a meta con un tiempo (a ojo) de 1:24:24 y yo llegué un par de segundos después, con una marca oficial de 1:24:28. Después he visto que hice la primera mitad en 42:33 a un ritmo de 4:15 y la segunda mitad en 41:55 a un ritmo de 4:12. Sí, ya sé que la segunda parte es favorable, pero estuve cerca de mi récord de 10 km conseguido un par de meses antes de 41:39. También estuve muy cerca de llegar a los 500 puntos de Purdy (obtuve 496) que para mí son una barrera difícil de franquear.
No es por hacer la pelota, pero creo que la carrera estaba muy bien organizada. La salida era muy ordenada y en una calle ancha. Los kilómetros estaban perfectamente señalizados. Se dieron dos avituallamientos líquidos durante la prueba. Y, para terminar, la zona de meta, dentro del estadio estaba muy bien, con abundantes bebidas y naranjas y con masajes (eso creo).