Hoy se ha celebrado en Alcorcón una media maratón en la que MaraTI+D presentó cinco componentes: Javier G., Jesús C., Liborio, Bernardo y un servidor. El día amaneció soleado en contra de todos los pronósticos -para mi gusto demasiado soleado-. La carrera comenzaba en el polideportivo Santo Domingo y daba varias vueltas por una barriada de chalets próxima al polideportivo, después se pasaba por el polígono industrial de Loranca donde pudimos ver una gran cantidad de locales que abrían ¡¡a las siete de la mañana!! y que además contaban con bastante público en esos momentos.
El recorrido fue bastante feo y sosote, apenas había público -sólo enfurecidos automovilistas- y había algunas zonas donde el aire azotaba de lo lindo. Curiosamente y a pesar de ser un circuito homologado, no estaban marcados los kilómetros, sólo el 5, 10, 15 y 20. Las vueltas y revueltas por las mismas calles permitían observar a la cabeza de la carrera una y otra vez por lo que Javier G. fue jaleado por Bernardo y un servidor en no menos de cinco ocasiones.
Para mi fue un test importante de cara a la maratón de San Sebastián ya que intentaba encontrar una franja de pulsaciones que me permitieran acercarme a las 3h30′ en la maratón. Comencé con Bernardo a un ritmo tranquilo y regular lo que nos permitía ir charlando y animando al resto de compañeros, basta decir que los primeros 5 km los pasamos en 24:20. Los siguientes cinco kilómetros transcurrían por el mismo sitio que los anteriores, así, pasamos por el 10 en 48:30. De camino hacia el polígono industrial se subía una cuestecilla interesante (km 12) donde nos cruzamos con el primer clasificado: un atleta de raza negra que sacaba bastantes metros al segundo y al tercero que le perseguían como galgos ¿o debo decir, podencos? En esos momentos, éstos irían ya por el km 18.
Al llegar al polígono, de nuevo a callejear de aquí para allá hasta llegar al km 15 donde se encontraba un nuevo puesto con agua. Llegamos con un tiempo de 1h13′. Un poco después, por fin, salimos de allí y nos dirigimos al polideportivo por el camino de ida. Apretamos un poco los dientes y llegamos a la meta con un tiempo de 1:42:21. La llegada a meta fue una gozada, patear sobre el tartán y sentir esa sensación de correr sobre una nube de algodón. Sin lugar a dudas, lo mejor de la carrera -sin contar la inestimable compañía de Bernardo durante toda la carrera-. Al final, objetivo cumplido de cara a Donostia.
Sólo me queda añadir que Jesús y Liborio pulverizaron sus mejores marcas en la media maratón conseguidas un mes antes por al menos tres minutos.