XXV Carrera popular Agromadrid – Villarejo de Salvanés

A las siete sonó el despertador, me levanté, desayuné, me preparé con la ropa de corredor, metí la ropa de recambio en la mochila y poco después de las ocho salí de casa. Llegué a las ocho y cuarto al punto de encuentro y allí estaban los compañeros del Club Atletismo Zofío esperando.

Llegamos a Villarejo de Salvanés y nos costó un poco encontrar dónde aparcar y saber dónde estaba el sitio porque preguntamos a un tipo y nos dijo que estaba al otro lado de donde realmente estaba. Por fin aparcamos, fuimos a la plaza donde está la iglesia y la torre y nos tocó hacer una buena cola para recoger los dorsales. Nos dieron una bolsa amarilla grande de AhorraMas con bastantes cosas y fuimos trotando hasta el coche a dejar esas bolsas.

Representantes del Club Atletismo Zofío en Villarejo de Salvanés

Me dijo Pedro, presidente del club de atletismo Running Villarejo que habían tenido que acortar el circuito porque habían mandado menos policías de los que hacían falta y que por lo tanto iban a acortar de 5 km a 4,5 km para tener suficientes voluntarios para los cruces. Así que el circuito quedó bastante simplificado. La salida y la llegada estaba en la Plaza de la Constitución, donde el castilla y la iglesia. Se partía hacia la Plaza de España y se cogía la calle de Samuel Baltés hacia el polígono industrial de Villarejo. En ese tramo había una bajadita al principio y luego picaba un poco hacia arriba. Antes del polígono, en esa larga recta que es la calle de Samuel Baltés estaba el primer kilómetro. Se seguía por esa calle medio kilómetro más y se giraba a la izquierda por la M-316 y poco después a la derecha para ir rodeando el polígono. A mitad de esa calle que rodea el polígono y que transcurre paralela a la A-3 se encuentra el segundo kilómetro. Ese segundo kilómetro también pica un poquito para arriba. Se sigue rodeando el polígono para desembocar de nuevo en la calle Samuel Baltés, que en principio es una curva, pero luego se llega a la larga recta por la que veníamos en un principio y que es ligeramente favorable hasta casi meta. Al poco se llega al tercer kilómetro que está situado en el punto donde al subir se desviaba a la izquierda para rodear el polígono. Se sigue bajando por esa calle y ya bien metidos en el pueblo, en la misma calle por la que transcurre el 90% del recorrido está el cuarto kilómetro. A partir de ahí es un poco cuesta arriba para llegar a la meta situada en el mismo sitio que la salida, en la Plaza de la Constitución. Al final ni siquiera llegó a los cuatro kilómetros y medio, se quedó en cuatro trescientos poco más o menos. De todos modos, hablo mucho de subidas y bajadas y alguien puede pensar que son los últimos kilómetros de la maratón de Madrid, pero hay que tener en cuenta que el circuito son unos 30 metros de desnivel, poca cosa. La anterior vez que participé el circuito era más revirado. No sé si lo habrán simplificado por los voluntarios o ya era parecido al de este año.

Calentamos un rato y ya en el calentamiento se veía que había nivel. Es una carrera que atrae a muchos corredores y corredoras de muy buenas marcas. Después de calentar nos pusimos tras el arco y poco después de las diez dieron la salida.

Salí deprisa, pero más deprisa iba mi compañera. La cogí y estando con ella llegamos al primer kilómetro. Miré el cronómetro y vi que lo había hecho en 4:07 y me pareció un bien tiempo porque no me veía forzado. Siempre me pasa eso en el primer kilómetro, que como acabo de salir cualquier tiempo me parece bien. Luego se quedó por atrás porque cuesta arriba voy yo un poco mejor. Pasé el segundo kilómetro en 4:14 y también lo di por bueno porque era un poco cuesta arriba. En esos momentos iba solo, mi compañera iba algo atrás, pero no debía estar muy lejos. El ritmo del kilómetro tres ya me gustó algo menos porque hice 4:15 y ya era algo favorable. Las piernas ya iban algo cansadas. Sería cuando llevaba tres kilómetros y medio cuando mi compañera de fatigas me alcanzó y en la ligera bajada se me fue y no fui capaz de echarla el guante. Si yo voy un poco mejor en la subida, ella va mejor en la bajada. Traté de que al menos no se despegara mucho de mí y en esas llegué al cuarto kilómetro con un tiempo de 4:13, no había mejorado mucho con los anteriores siendo cuesta abajo ni con la zanahoria de mi compañera poco metros por delante. Eché toda la carne en el asador y aunque ese tramo de trescientos metros fue lo más rápido que hice de la carrera, no hubo manera y llegué a meta cinco segundos después de ella con tiempo, según mi cronómetro de 18:26, que coincide con el tiempo oficial.

Llegando a meta. Foto cortesía de @morantefotografia.

Hicimos cola para coger bebida, unas naranjas, una manzana, unas galletitas, una botella de bebida isotónica y agua a granel en un vaso de plástico que rellenaban de unas enormes garrafas. Además de todas las cosas que nos habían dado antes. Poco después entró la otra compañera y a no mucho tardar entró el compañero.

Miramos las clasificaciones y resultó que la compañera que me precedió sólo pudo ser sexta de su categoría (de 40 a 50) y la otra componente femenina del grupo fue segunda de la suya (de 50 a 60). Así que tuvimos que esperar bastante a que le dieren el trofeo, aunque eso nos permitió ver a los más jóvenes batiéndose el cuero. Me alegró mucho ver una muy buena participación de los más pequeños.

Hubo representación del Club Atletismo Zofío en el cajón. Foto cortesía de @morantefotografia.

La bolsa del corredor fue espectacular entre lo que nos dieron al principio y lo que recibimos al final. Al terminar la carrera nos obsequiaron con una malla de naranjas, una botella de bebida isotónica Eletrolit, un bollito, galletitas a granel y agua. Como curiosidad decir que el agua no venía en botellas, te daban un vaso y se rellenaba de unas garrafas. Además de todo esto, muy interesante para recuperarse del esfuerzo e hidratarse, que hizo un día de bastante calor, la bolsa que nos dieron al principio era espectacular ya que además de una bolsa de plástico fuerte de AhorraMas dentro de ésta había una camiseta, una bolsa de galletitas, una botella de bebida isotónica, una muestra de crema Aliviflex, una muestra de muesli, lágrimas de aceite, caramelos Ricola, un bolígrafo y una cartera para tarjetas. Y seguro que me dejo algo. En dos palabras: ESPECTA-CULAR 😉

Y para terminar, hacer mención de las fotografías de @morantefotografia que hizo un álbum espectacular con un montón de fotos, no sabría decir cuantas pero muchas, de una calidad extraordinaria y gratuitas. Muchas gracias.

En resumen, una carrera que merece mucho la pena. Absolutamente recomendable. Y todo por 8,60 €. Una pasada.