Dicen que una retirada a tiempo es una victoria, por lo que dos retiradas son dos victorias y yo llevo dos seguidas. La de la maratón la semana pasada y la de hoy.
Unos meses antes me había apuntado a la VII edición de la Volta a Illa de Ons que se celebraba una semana después de la maratón. En aquel entonces pensé que aunque hubiese hecho 42 kilómetros podía terminar esta carrera que me la iba a tomar en modo turista más que en modo corredor.
Según dice la Wikipedia, la isla de Ons es una isla perteneciente al municipio pontevedrés de Bueu, situada a la entrada de la ría de Pontevedra en Galicia, España. Es la isla principal del archipiélago de las Ons que forma junto con la isla de Onza u Onceta y otros pequeños islotes. No es tan famosa como las islas Cíes, pero es un sitio que merece mucho la pena visitar, esto ya lo digo yo, no la Wikipedia.
Existía la posibilidad de hacer la prueba corriendo o andando. Los que se habían apuntado a correr tenían que dar dos vueltas completando unos 19 kilómetros y los que lo iban a hacer andando tenían que dar una única vuelta de unos diez kilómetros más o menos. Yo me había apuntado a la prueba de correr y la amiga que me acompañó a tierras gallegas se había apuntado a la de andar.
Además de ir con mi amiga, habíamos quedado allí con otras dos amigas que al igual que nosotros una iba a correr y otra a andar. Una de ellas es natural de Bueu y tuvo a bien permitirnos dormir en su casa, así que no tuvimos que madrugar demasiado para coger un barco en Bueu que nos llevó hasta la isla, el viaje hasta allí ya entraba en el precio de la inscripción. Anduvimos un rato por allí calentando y algunas haciendo zumba. Dieron la salida y yo salí trotando con Ana, pero en la primera bajada tuve claro que no iba a completar las dos vueltas ni de broma.
Efectivamente, faltando un par de kilómetros para completar la primera vuelta dije a mi amiga Ana que siguiera sola, que yo lo dejaba, me parecía una tontería seguir corriendo con dolores en el gemelo que lo único que podía hacer era ponerme peor, así que el último tramo lo hice andando y al acabar la vuelta lo dejé. Igual que en la maratón, me retiré a tiempo, así que otra victoria. Mejor lo hizo mi amiga que llegó primera de los andarines, pero no la sirvió de mucho porque era una prueba no competitiva.
Aunque no conseguí terminar, el viaje hasta allí fue satisfactorio porque conocí un bonito paraje que si no hubiese sido por esta carrera no hubiese conocido. Así que habrá que darlo por bueno.