Hoy ha comenzado la temporada nocturna de carreras. Como todos los años, en la noche del sábado al domingo del último fin de semana de octubre, retrasan la hora y ya nos toca entrenar sin luz natural hasta el mes de marzo.
Estos últimos años era siempre la misma canción. Llegaba esta fecha y el parque presentaba problemas serios de iluminación, pero este año, no. Parece que algo hemos ganado con el cambio de gobierno municipal. Lo digo en broma ¡eh! Que yo creo que hemos ganado bastante más que esto.
Hoy nos hemos juntado tres corredores en Pradolongo. Atrás quedan los tiempos en que nos juntábamos hasta diez corredores. Pero ahora, entre las jubilaciones, las lesiones, los que no pueden bajar a esas horas y los que prefieren irse a otro sitio, es casi extraño ver a más de dos.
Además Miguel venía con intenciones aviesas ya que al acabar la primera vuelta empezó a aumentar el ritmo de manera sustancial. Pero después de haber corrido el domingo, no estaban las piernas para demasiadas alegrías y nos quedamos a un ritmo de crucero de 4:45 poco más o menos.
Y así fuimos hasta los últimos trescientos metros, cuando empieza el camino paralelo al arroyo. Allí se me ocurrió acelerar a tope a ver si dejaba a mi tocayo, pero me fue imposible. Está muy fuerte para mí.
Últimos trescientos metros a tope
Hoy ha marcado el cronómetro un poco más que otros días. Señalaba 9,74 km en un tiempo de 50:20 @ 5:10 min/km.