Hoy nos hemos juntado cuatro pradolongueros en el punto de encuentro. De los cuales, tres habíamos corrido el domingo en Getafe y notábamos en las piernas los 21 km de la carrera. Como además, el cuarto en cuestión tampoco tenía muchas ganas, hemos empezado a un ritmo muy lento, tan lento que el ritmo caía por encima de los seis minutos por kilómetro. Me ha tocado acelerar un poco para que el deseado regenerativo de hoy no se convirtiera en una carrera de caracoles.
En los kilómetros intermedios sí íbamos al ritmo que deberíamos llevar en un entrenamiento como el de hoy, pero en la última milla (metro arriba, metro abajo) hemos empezado a acelerar el ritmo ¡y de qué manera! Un kilómetro en 4:23 y los últimos 670 metros, que encima son cuesta arriba, ¡a un ritmo de 3:46! Un buen final de entrenamiento para enseñar a las piernas a no dormirse en los laureles.
En total hemos recorrido 9,67 km en un tiempo de 51:51 @ 5:22 min/km.