Tengo que reconocer que esos dos segundos que separan los 39:59 con los 40:01 me han dejado un poco chafado. Sé que es una bobada, que dos segundos no son nada, pero…
Para consolarme, he echado un vistazo al libro de Jack Daniels, donde habla del calor. Dice que el calor es el enemigo número uno del corredor de fondo, que cuando hace frío o llueve, un corredor se puede proteger utilizando las prendas adecuadas, pero ante el calor, hay poco que hacer.
Los dos principales problemas del calor son el incremento de la temperatura corporal que afecta al rendimiento y la deshidratación que va erosionando constantemente la capacidad de «funcionar» del cuerpo. Tanto el incremento de la temperatura el cuerpo como la deshidratación deben ser mantenidas al mínimo o no será posible correr.
Tan pronto como el cuerpo comienza a calentarse, la sangre se desvía a la piel para refrigerar el cuerpo, a través de la evaporación del sudor, por lo que una gran cantidad del volumen de sangre se va hacia la superficie para facilitar el enfriamiento, dejando menos sangre disponible para llevar oxígeno a los músculos que están realizando el ejercicio. Afortunadamente, este mecanismo es inevitable, dando preferencia a preservar la vida antes que mejorar el ejercicio. Esto lleva inevitablemente a que el cuerpo se sobrecaliente.
En la hoja de cálculo conocida como «las tablas de Daniels» existe un apartado donde puede verse la influencia de la temperatura. No tengo ni idea de donde ha salido, porque en el libro no he encontrado esta información, pero puede verse cuantitativamente como influye un aumento de la temperatura en la marca realizada. Se supone que para temperaturas de 16º o menos, la temperatura no afecta al rendimiento, aunque imagino que si es demasiado baja también se notará. De 16º para arriba el rendimiento empeora a pasos agigantados. También hay que tener en cuenta que un corrredor puede adaptarse al calor mejor que otro, por lo que los números que aparecen en la tabla no son exactos, que depende de cada cual.
Supongamos que el domingo pasado hacía una temperatura de 21º (yo creo que hacía más). Si el tiempo realizado fue de 40:01 quiere decir que en condiciones «buenas» de temperatura, es decir, de 16º o menos, el tiempo podía haber sido de 39:26, aunque esta marca ya me parece demasiado. Pero bueno, a lo que iba, que en mejores condiciones hubiese bajado de cuarenta sin problemas. Ahora sí me quedo más contento 😉
Temperatura | Tiempo | Ritmo |
16º | 39:26 | 3:57 |
18º | 39:44 | 3:58 |
21º | 40:01 | 4:00 |
24º | 40:19 | 4:02 |
27º | 40:37 | 4:04 |
Hoy he llegado tarde, más tarde de lo habitual, un poco antes de que mis compañeros completaran la primera vuelta, por lo que cuando me he puesto a su par ya iban a buen ritmo. De este modo, pasado el tercer kilómetro ya iba a toda pastilla y ya puesto, ¿para qué parar? He seguido deprisa teniendo en cuenta además que los entrenamientos del fin de semana no van a ser muy ortodoxos ya que estaré fuera de mis lugares habituales de entrenamiento.
Ya lanzado en ese par de kilómetros de la primera vuelta, he adaptado la velocidad para ir a ritmo de maratón, es decir, sobre 4:30 min/km poco más o menos y así he seguido hasta completar nueve kilómetros a ese ritmo. Después, unos quinientos metros para enfriar.
El llegar tarde me ha servido para comprobar que como siempre el parque de Pradolongo está insuficientemente iluminado. Es cierto que en algunas zonas se ve perfectamente, pero en otras no hay ni una sola farola que funcione. Habrá que plantearse cuando llegue el momento si buscamos un circuito mejor iluminado.
He totalizado 12,5 km en un tiempo de 58:44 @ 4:41 min/km y lo importante los 9 km a ritmo de maratón, que han salido a 4:28 min/km.