Se trata el arroz con leche de un postre típico de la gastronomía de múltiples países. Consiste esencialmente en cocer el arroz con la leche y echar azúcar. Un postre relativamente fácil de hacer.
Si se consigue que el arroz quede en su punto de blandura, si el azúcar no endulza más de la cuenta y si ¡ay amigo!, si la leche en vez de ser pintura blanca en tetrabrik es leche de vaca, entonces se convierte en un postre sublime.
Y eso fue lo que me tomé antes de salir a entrenar. Hoy cambié la fruta por este delicioso postre y llegué al punto de encuentro más contento que unas castañuelas y con un sabor de boca… ¡buf! no quiero ni acordarme, que empiezo a salivar.
Menos mal que iba con combustible porque hoy también tenían mis compañeros ganas de zumbar la badana. Después de una primera vuelta rapidilla (25:19 @ 5:04), empezó Joaquín a tirar y a tirar y aunque no quise entrar al trapo, aumenté el ritmo casi de manera inconsciente y en el último kilómetro lo di todo (4:01) para acercarme al susodicho, pero no fue posible, iba demasiado deprisa y mi acercamiento demasiado tarde. Todos esos avatares hicieron que la segunda vuelta la hiciera en 21:25 @ 4:17. Un entrenamiento muy rápido para haber hecho el martes otro entrenamiento duro. No sé qué pensará mi tocayo que lleva cuatro días viniendo con nosotros y llevamos dos a toda pastilla.
El entrenamiento ha consistido en dar dos vueltas al circuito nuevo, totalizando, por lo tanto, 10 km en un tiempo de 46:45 a un ritmo de 4:40 min/km. He conseguido con este entreno 18 puntitos, que sumando a los puntos del martes ya tengo cerca de 40. No está nada mal.
Si hay un alimento que me guste ese es el arroz, me lo suelo hacer habitualmente ya que se hace rapido, facil y barato.
Ademas de ser un postre de lo mas nutritivo, sobre todo en el desayuno.
Muy buenas dos vueltas en un dia esplendido en el Pradolongo, vais como cañones!