Desde mi punto de vista, el cocido es la comida más exquisita que jamás he probado. Y hoy, como muchos sábados, había cocido en casa. No tan exagerado como el de la foto, pero hoy salido excepcionalmente rico. Una verdadera delicia.
El afamado cocido de Las Becerras
Pues bien, después de haber ingerido un buen plato de cocido acompañado de un rico vino, pensaba que las iba a pasar canutas en el entrenamiento, pero me ha venido bien tener cosas que hacer en casa, ya que no he parado desde la comida hasta las seis y media que he salido. Y me he encontrado realmente bien.
He hecho cuatro kilómetros de calentamiento y después me he puesto a un ritmo un poco por debajo de 4:45 y así iba muy cómodo. A ese ritmo, más o menos constante, he hecho ocho kilómetros por el circuito de Parque Sur que no tiene nada llano. Para terminar, kilómetro y pico de «enfriamiento». En total he corrido 13,4 km en un tiempo de 1:05:44 a un ritmo de 4:54. La verdad es que he acabado muy contento porque iba cómodo con el ritmo y porque la comida no me ha perjudicado en absoluto.
Además me ha sorprendido el peso después de la carrera porque la báscula marcaba 67,2 kg, peso que hacía tiempo que no veía. Si es que no hay nada como un buen cocido.
Opino lo mismo, Miguel. Ayer comí garbanzos, con un Ribera del Duero de 2001 que alimentaba por sí solo. Manjar de dioses. Felicidad plena. Hoy voy a correr una carrera «only-cuestas» aquí en Alcalá, pero ni pasta ni ná de ná: garbanzos 8-), Y no de digo nada de las lentejas y las judías… pecado.
Hola Manolo,
Entonces coincidimos plenamente. Un buen cocido y un buen vino es un manjar difícil de igualar.
Espero se te haya dado bien esa carrera «only-cuestas». Seguro que sí, que te veo en buena forma.
Saludos.