Hoy hay partido como muchos sábados. A las 10:30 hay que estar en el campo, por lo que toca madrugar para hacer los 20 km que tenía pensado hacer. A las siete de la mañana suena el despertador. Hago mis necesidades -en eso nunca fallo antes de correr- y preparo la riñonera con algo de comer. Voy a probar con los higos secos que compré el otro día.
Sobre las 7:30 salgo hacia el Parque Lineal del Manzanares. Son 8,2 km hasta el final del circuito del río, más otros tantos de vuelta, más los que hago en Pradolongo para completar la veintena. No he ido mal hasta el final el km 8,2, aunque algo lento. Creo que el constipado me está perjudicando. Luego al volver he empezado con ganas de realizar mis necesidades. No sé si por culpa de los higos o por culpa del constipado.
Afortunadamente, cuando he llegado a Pradolongo me he encontrado como en casa y en esos tres kilómetros y pico que me faltaban me han acompañado amablemente. Y bien que se lo agradezco, me ha venido de perillas.
He realizado los 20 km en 2:00:50, a un penoso ritmo de 6 min/km, pero hoy no daba para más.
Lo peor es que se ha perdido el partido por 1-0 cuando se podía haber ganado. Pero está visto que no hay suerte.